origen de las toallas

Las toallas son un complemento fundamental en nuestro día a día y ha estado presente en nuestra sociedad desde hace siglos. Son funcionales, fáciles de limpiar y además poseen diseños muy atractivos, por lo que podemos combinarlas sin problemas con la decoración de nuestro hogar. En la entrada de hoy vamos a hablar de este tema y os mostraremos algunas de las mejores toallas que puedes encontrar en la actualidad.

Las toallas y los grandes imperios

Según nos relataba Pancracio Celdrán en “El Gran Libro de la Historia de las Cosas”, las mujeres de clase alta de la Roma del siglo II ya disponían de un variado surtido de toallas en su tocador, con un diseño muy parecido al actual y confeccionadas con algodón teñido. Por aquel entonces tenían el mismo uso que ahora, para tumbarse y secarse después del baño. Esto lo podemos contemplar en algunos frescos de la ciudad de Pompeya, que quedó enterrada por el Vesubio hace dos mil años.

Pero no solo los romanos conocían y usaban las toallas. Otros grandes imperios de la antigüedad, como los egipcios, también sentían un gran aprecio por ellas, aunque en este caso eran propiedad exclusiva del faraón.

¿De dónde viene la palabra toalla?

Curiosamente, la palabra toalla no proviene de ningún término griego o latino, sino que es un vocablo eminentemente “bárbaro”. ¿Cómo es eso posible? Pues porque los pueblos europeos anteriores a la romanización ya las conocían. En estas culturas las toallas no eran más que pedazos de lienzo llamados “tualia”, que servían para secarse las manos y todo tipo de usos, desde mantel a servilleta. Este concepto fue posteriormente heredado durante la Edad Media.

El mejor de los regalos

Con el paso de las centurias, las toallas se convirtieron en un elemento básico del hogar y los entornos laborales, al mismo tiempo que ganaban prestigio entre las clases más pudientes, convirtiéndose en uno de los regalos más populares en el siglo XVI.

Pancracio Celdrán nos habla de que nunca podían faltar en el ajuar de una doncella en edad de casarse y que ningún presente se equiparaba a una toalla de Holanda labrada y nueva. Por supuesto, además de las toallas de terciopelo propias de la nobleza, también existían las de lino, que eran accesibles para todo el mundo.

Ya en el XVII, el dramaturgo Agustín Moreto escribía acerca de los enseres básicos que debía contener una maleta al emprender un viaje: toalla, espejo, cepillo… y un libro de comedias.

El boom de las toallas

Pero si tenemos que destacar una época dorada de las toallas, sin duda es la que se vivió a finales del siglo XIX. En estos años se produjo un boom comercial, relacionado con la creciente preocupación sobre la limpieza e higiene por parte de la población. De esta forma, aparecieron toallas policromadas, de felpa, con distintos motivos, tamaños y colores que eran usadas a diario en cientos de hoteles norteamericanos. A partir de este momento, se convirtió en uno de los elementos básicos en cualquier hogar occidental.

Las mejores toallas en Maria Kalla´s

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